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ORACIONES

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ORACIONES DE LA MAÑANA


ORACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO PARA QUE GUÍE NUESTRO TRABAJO
Ven Espíritu Santo, gobierna nuestros corazones y nuestras mentes. Gobierna todos los aspectos de nuestro trabajo y reuniones. Gobierna todos nuestros pensamientos, palabras, intenciones y deseos. Únenos en tu Espíritu. Con amor y preocupación por cada uno de nosotros, por el amor de Cristo nuestro Señor. Amén.
 

OFRECIMIENTO DE OBRAS

Ven Espíritu Santo e inflama nuestros corazones en las ansias redentoras del Corazón de Cristo, para que ofrezcamos de veras nuestras personas y obras en unión con Él por la redención del mundo.
Señor mío y Dios mío Jesucristo, por el Corazón Inmaculado de María, me consagro a tu corazón y me ofrezco contigo al Padre en tu Santo Sacrificio del Altar, con mi oración y mi trabajo, sufrimientos y alegrías de hoy, en reparación de nuestros pecados y para que venga a nosotros tu Reino.
Te pido en especial por el Papa y sus intenciones, por nuestro obispo y sus intenciones, por nuestro párroco y sus intenciones. Por nuestro pueblo y sus necesidades.

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¡Oh! Señora mía, ¡Oh! Madre mía. Yo me ofrezco del todo a Vos y en prueba de mi filial afecto, os consagro en este día mis ojos, mis oídos, mi lengua y mi corazón; en una palabra, todo mi ser. Ya que soy todo vuestro ¡Oh! Madre de bondad, guardadme y defendedme como cosa y posesión vuestra. Amén.
 

ACTO DE CONSAGRACIÓN A SAN JOSÉ

En presencia de la adorable Trinidad, Jesús tu hijo adoptivo, de María tu casta esposa y mi tierna madre, yo te consagro mi espíritu y te consagro mi corazón, mis pensamientos, mis sentimientos, mis sentidos, mis acciones, todo en mí y en toda mi vida. Te consagro mi familia, mis padres vivos y difuntos, mis benefactores y mis amigos, los justos y los pecadores, los devotos y aquellos que trabajan en el mundo, los pobres y afligidos, los enfermos y los moribundos.
Prometo firmemente ¡Oh! mi padre amado, nunca olvidar honrar todos los días de mi vida y hacer todo lo que dependerá de mí para difundir tu devoción. Dígnate recibirme como uno de tus siervos más devotos; asísteme todos los días de mi vida y especialmente a la hora de mi muerte ¡Así sea!

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CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

¡Oh! Espíritu Santo, Espíritu divino de luz y de amor, te consagro mi corazón, mi voluntad y todo mi ser ahora y para la eternidad. Que mi inteligencia sea siempre dócil a tus celestes inspiraciones y a la enseñanza de la Santa Iglesia, de quien eres guía infalible. Que mi corazón esté siempre inflamado del amor a Dios y al prójimo. Que mi voluntad sea siempre conforme a la voluntad divina y que toda mi vida sea una fiel imitación de la vida y de las virtudes de Nuestro Señor y Salvador Jesucristo, a quien se ha dado, junto con el padre y contigo, honor y gloria por siempre. Amén.

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CONSAGRACIÓN A LA SANGRE PRECIOSA DE JESUCRISTO

Consciente de mi nada y de Tu Sublimidad, Misericordioso Salvador, me postro a Tus pies, y Te agradezco por la Gracia que has mostrado hacia mí, ingrata creatura.
Te agradezco especialmente por liberarme, mediante Tu Sangre Preciosa, del poder destructor de satanás.
En presencia de mi querida Madre María, mi Ángel Custodio, mi Santo patrono, y de toda la corte celestial, me consagro voluntariamente, con corazón sincero, ¡oh. queridísimo Jesús!, a Tu Preciosa Sangre, por la cual has redimido al mundo del pecado, de la muerte y del infierno.
Te prometo, con la ayuda de Tu gracia y con mi mayor empeño, promover y propagar la devoción a Tu Sangre Preciosa, precio de nuestra redención, a fin de que Tu Sangre adorable sea honrada y glorificada por todos.
De esta manera, deseo reparar por mi deslealtad hacia Tu Preciosa Sangre de Amor, y compensarte por las muchas profanaciones que los hombres cometen en contra del Precioso Precio de su salvación.
¡Oh, si mis propios pecados, mi frialdad, y todos los actos irrespetuosos que he cometido contra Ti, oh Santa y Preciosa Sangre, pudieran ser borrados!
He aquí, querido Jesús, que te ofrezco el amor, el honor y la adoración que tu Santísima Madre, tus fieles discípulos y todos los Santos han ofrecido a Tu Preciosa Sangre.
Te pido que olvides mi falta de fe y frialdad del pasado, y que perdones a todos los que te ofenden.
¡Oh Divino Salvador! rocíame a mí y a todos los hombres con Tu Preciosa Sangre, a fin de que te amemos, ¡oh Amor Crucificado, de ahora en adelante con todo nuestro corazón, y que dignamente honremos el Precio de nuestra salvación! Amén.

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ORACIÓN ANTES DEL MINISTERIO

En el nombre de Jesús, por el poder de su Cruz y de su Sangre, ligo el poder de todos los espíritus malignos, a quienes prohíbo impedir nuestras oraciones. Ligo los poderes de la tierra, del aire, del agua, del fuego, del mundo de los muertos y de las fuerzas satánicas de la naturaleza.
Rompo todas las maldiciones, sortilegios y maleficios enviados contra nosotros y los declaro sin efecto. Rompo la presencia de cualquier espíritu maligno enviado contra nosotros. Además, ligo todas las interacciones y todas las comunicaciones de los espíritus del mal que puedan afectarnos, a nosotros y a nuestras familias. Presentaos ante Jesús para que Él se ocupe de vosotros como Él lo considere. En el nombre de Jesús os envío a los pies de la Cruz de Cristo, os ato a su Cruz para que Jesús os envíe al infierno para no volver a atormentarnos jamás.
Señor Jesús, te ruego que bendigas a nuestros enemigos enviándoles tu Espíritu Santo para conducirles al arrepentimiento y a la conversión.
Señor Jesús, protege y cubre cada uno de nosotros con tu Preciosísima Sangre. Cubre también a todos nuestros familiares, amigos y conocidos, a nuestros bienes, vehículos, hogares, lugares de trabajo, parroquias, animales, alimentos y al aire que respiramos con tu Preciosísima Sangre.
Te damos gracias, Señor Jesús, por tu protección. Envía a tus santos Ángeles, especialmente a los Arcángeles San Miguel, San Rafael y San Gabriel, a todos tus santos y santas, y sobre todo a la Inmaculada Virgen María, nuestra Madre y Señora, Reina de la Paz, corredentora y mediadora de todas las gracias, para que nos ayuden en este combate.
Guíanos en nuestras oraciones. Comparte con nosotros el poder y la compasión de tu Espíritu Santo. Te agradecemos Señor por tu Sangre y por tu Vida, ya que gracias a ellas hemos sido salvados de todo lo malo.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Bendita y Alabada seas Santísima Trinidad un solo Dios. A ti sólo el honor y la gloria por los siglos de los siglos. Amén.

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GUÍA PARA HACER EL EXAMEN DE CONCIENCIA (PADRE WILSON SALAZAR):


Te vas a confesar de acuerdo a la VERDAD DIVINA, a lo que Dios ha mandado y no de acuerdo con lo que piensa el mundo. Dios es el Creador, yo soy su criatura: DEBO OBEDECERLO.
- ¿Deseo confesarme para luchar por mi santidad o por un simple cumplimiento?
- ¿Por qué me voy a confesar?
- ¿Cuánto tiempo hace que me confesé?
- ¿Cumplí la penitencia que me impuso el sacerdote? Si no la cumplí ¿Por qué no lo hice?
- ¿Me olvidé o callé algún pecado grave en mi última confesión? ¿Cuál?
- ¿Tengo claro que está en juego mi vida… o Cielo o Infierno?


ORACIÓN PARA ANTES DE LA CONFESIÓN:

Padre mío, tú conoces mi pasado: perdóname y santifícame. Señor Jesús mío, tú conoces mi presente: perdóname y bendíceme. Espíritu Santo mío, tú sabes lo que pasará en mi futuro: aumenta mi fe y dame fortaleza. Señor, en el Corazón de María: lávame, límpiame, purifícame. Yo confío en Ti


LOS 10 MANDAMIENTOS DE LA LEY DE DIOS:

Primer Mandamiento: Amar a Dios sobre todas las cosas. “No tendrás otros dioses fuera de Mí” (Ex. 20,3)
¿He amado a Dios sobre todas las personas y las cosas creadas? ¿He amado a otra persona más que a Dios? ¿He amado una cosa más que a Dios? ¿He idolatrado a alguien o a algo o a mí mismo? ¿He dudado de la existencia de Dios? ¿He tenido pensamientos malos en contra de Dios? ¿He sentido odio o rabia contra Dios? ¿He renegado alguna vez contra Dios? ¿He negado la existencia de Dios? ¿He puesto otras creencias por encima de Dios? ¿He sido falso o hipócrita en mi fe en Dios? ¿He amado más algún pecado por encima de Dios? ¿He invocado alguna vez al demonio? ¿He mencionado el nombre del demonio o de los demonios? ¿He hecho pacto con el demonio? ¿He creído en supersticiones, hechicerías y brujerías? ¿He consultado hechiceros, adivinos, brujos, yerbateros o chamanes? ¿He consultado médiums de José Gregorio Hernández? ¿He consultado horóscopos, naipes, taza de chocolates o cosas parecidas? ¿He usado riegos, sahumerios, talismanes o bebedizos? ¿He practicado el espiritismo? ¿He practicado la tabla ouija? ¿Creo en agüeros? ¿Le he hecho brujería a alguna persona? ¿He usado maleficios contra alguna persona? ¿He hecho que otras personas crean en brujerías o cosas parecidas? ¿He despreciado a Dios, a la Santísima Virgen, a los Santos o las cosas santas? ¿Me he burlado de Dios, de la Virgen, de los Santos o de las cosas santas? ¿He dudado de la Sagrada Escritura como Palabra de Dios? ¿He dudado de la Santísima Virgen María, de su virginidad, maternidad, asunción o inmaculada concepción? ¿He dudado de la Iglesia Católica? ¿He creído que las sectas, movimientos o grupos religiosos son creados por Dios y dan la Salvación? ¿He sido fiel a la fe católica? ¿Mi fe es seria, formada y orante? ¿Me he burlado de alguien por su fe? ¿He vivido mi fe de verdad? ¿He estado alguna vez en una secta? ¿Me he confesado mal alguna vez? ¿Me he dejado llevar por la propaganda de sectas evangélicas o por grupos o movimientos no cristianos o contrarios a la fe católica? ¿Me he avergonzado de mi fe? ¿Hago oración al acostarme o al levantarme? ¿Doy gracias a Dios por el alimento y por los beneficios que de él he recibido? ¿He adorado a personas o cosas? ¿He pronunciado el nombre de Dios sin respeto, es decir, con ira, burla o por juego? ¿He cumplido las promesas que le he hecho a Dios, a la Virgen y a los Santos? ¿He hecho de un pecado una forma de vida y no lucho contra el? ¿Pienso que pecado es lo que a mí me parece y no lo que Dios ha dicho? ¿Soy soberbio y he cuestionado los designios de Dios? ¿He escuchado o hecho chistes utilizando el nombre de Dios, de la Virgen, de los Santos de la Iglesia o su Jerarquía? ¿He causado que otras personas dejen de creer en Dios? ¿En mi hogar Dios es el más importante? ¿Me he sentido orgulloso de creer en Dios o me ha dado vergüenza de Él? ¿He sido orgulloso y sólo veo todo racionalmente? ¿He creído en Dios como Creador del Cielo y de la Tierra? ¿He creído que Dios es el Salvador de todo y vino al mundo por mí salvación? ¿He creído fielmente que el Espíritu Santo es Señor y dador de mi vida? ¿He creído en Dios Uno y Trino? ¿He creído en Dios como Principio y Fin de mi vida? ¿He buscado otros fines fuera de Dios? ¿He desconfiado de la Providencia Divina? ¿He dado a Dios el tiempo que se merece? ¿He creído más en el mal (demonio) que en Dios? ¿He justificado mis maldades ante Dios? ¿He dudado de la existencia del Cielo? ¿He dudado de la existencia del Purgatorio? ¿He dudado de la existencia del Infierno? ¿He dudado que el demonio y los demonios existan? ¿He dudado de la existencia de los ángeles? ¿He dudado del Poder de Dios sobre el mundo? ¿He invocado a Dios en los momentos de peligro? ¿He dicho palabras groseras?

Segundo Mandamiento: No Jurar su Santo Nombre en vano. “No pronunciarás el nombre de Yahvé, tu Dios, en falso” (Ex. 20, 7)
¿He adulado personas como lo máximo, más que Dios? ¿He considerado a alguna persona como imprescindible para mi vida? ¿He considerado alguna cosa como esencial para mi vida más que Dios? ¿He vivido de fantasías que me desvían de la verdad de Dios? ¿He creído en lo que los demás me han dicho mal sobre Dios? ¿He leído autores, libros o revistas que me dicen ideas contrarias a la verdad de Dios? ¿Me he dejado llevar por ideologías, hipótesis, ideas, filosofías que me han llevado a dudar de Dios? ¿He jurado en vano el Santo nombre de Dios, es decir, sin verdad, cuando he jurado lo que es falso o prometido lo que tenía intención de cumplir sin justicia; cuando he jurado hacer una cosa mala, sin necesidad; cuando he jurado por cosas que no son importantes? ¿He creído firmemente en el Poder de Dios? ¿He creído en filosofías, ideas, teorías, ideologías que niegan a Dios y su verdad? ¿He dudado de la Sagrada Escritura y he pensado que lo que dice son fábulas y fantasías? ¿He dudado de los mandamientos de Dios? ¿He dudado de la historicidad de la Sagrada Escritura? ¿Justifico ante Dios mis ideas y posturas? ¿Dios es lo más importante en mi vida o sólo lo busco cuando me conviene? ¿He adorado a Dios como mi único Señor? ¿He traicionado a Dios aceptando falsedades de las sectas? ¿He falseado el nombre de Dios por conveniencia? ¿He traicionado a Dios por lo que otros me dicen? ¿He guardado silencio cuando alguien ha hablado mal de Dios o de la Iglesia? ¿He defendido mi fe ante las críticas de los demás? ¿He pensado que todo viene por evolución sin la intervención de Dios? ¿He dudado que la Iglesia sea fundación del hombre y no de Dios? ¿He criticado a Dios por cosas malas que han pasado? ¿He blasfemado de Dios? ¿He sido hereje con mis posturas e ideas? ¿He dudado del Perdón de Dios? ¿Hablo de Dios sólo lo que me conviene?

Tercer Mandamiento: Santificar las Fiestas. “Bendijo Yahvé el día del sábado y lo santificó” (Ex. 20,11b)
¿He ido a la Santa Misa con afanes, sin fe y sin deseo, sólo por ir? ¿Me he portado en la Iglesia con respeto y dignidad? ¿He dejado de asistir a la Santa Misa los domingos y las fiestas de precepto? ¿He dejado de asistir a la Santa Misa por ir a otros lugares o estar con otras personas? ¿Tengo otros dioses, es decir, cosas en las cuales me preocupo y confío más que en Dios, es decir, el
dinero, la fama y el poder? ¿He trabajado sin necesidad los domingos y días de fiesta de precepto? ¿He cumplido mis deberes como Bautizado? ¿He cumplido mis deberes como Confirmado? ¿He visitado a los enfermos frecuentemente? ¿He sido fiel a mi Bautismo? ¿Me he comportado como hijo de Dios? ¿He dado testimonio de Dios? ¿He creído firmemente en la presencia de Dios en la Santa Misa? ¿He estado en la Santa Misa sin fe y con afanes? ¿He comulgado en estado de gracia o en pecado mortal? ¿He comulgado sin confesión? ¿He dejado de confesarme durante mucho tiempo? ¿He adorado a Dios en la Santa Eucaristía? ¿He criticado a los Sacerdotes y no he orado por ellos? ¿He vivido mi fe en la Iglesia y con radicalidad o sólo creo en lo que me conviene? ¿He sentido orgullo de ser cristiano o me ha dado vergüenza? ¿He frecuentado constantemente los Sacramentos o muy de vez en cuando? ¿He dedicado los domingos para orar o ni me acuerdo de Dios? ¿Dedico a Dios momentos suficientes de oración o casi nunca? ¿He sido consciente que mi fe debe acompañarse de mis obras? ¿Vivo esa fe todo el tiempo y hago todo con fe en Dios? ¿He sido frecuente en la fe o sólo de momentos? ¿He sido devoto de la Santísima Virgen y la venero con amor Verdadero? ¿He defendido a la Virgen María contra las herejías que hacen sobre Ella? ¿He invocado a los Santos del Cielo con devoción fiel? ¿He participado de fiestas mundanas donde se peca constantemente? ¿He ido a bailes, fiestas, espectáculos que uno contrarios a la fe en Dios? ¿He utilizado las fiestas de Dios, de la Virgen o de los Santos para diversiones y espectáculos mundanos? ¿He utilizado la Semana Santa para irme de paseo y vacaciones y no para orar? ¿He utilizado la navidad para fiestas mundanas y no para conmemorar en Nacimiento de Dios? ¿He celebrado mi cumpleaños con fiestas malsanas y borracheras? ¿He asistido a la Santa Misa y después me he ido a lugares de pecado?

Cuarto Mandamiento: Honrar a Padre y Madre. “Honra a tu padre y a tu madre” (Ex. 20, 12a)
¿He amado, respetado y obedecido a mis padres? ¿He socorrido a mis padres en mis necesidades? ¿He sido buen hermano? ¿He amado a mis hijos? ¿He educado cristianamente a mis hijos? ¿He vigilado y corregido a mis hijos? ¿He dado buen ejemplo a mis hijos? ¿He llevado a mi familia a amar más a Dios? ¿He cumplido bien con mis deberes de estudiante? ¿He sido abusivo y autoritario con quienes dependen de mí? ¿He cumplido bien y fielmente con mis deberes como jefe de oficina, responsable de alguna actividad, empleado público o privado, obrero? ¿He pagado salario justo a mis trabajadores? ¿He tratado a mis trabajadores u obreros con respeto, bondad y consideración? ¿He obrado en todo de acuerdo con la justicia? ¿He contribuido a la construcción humana y espiritual en el barrio, pueblo o ciudad donde vivo? ¿He amado, honrado y contribuido al engrandecimiento prosperidad de mi patria? ¿He respetado y obedecido las leyes de mi país? ¿He pagado los impuestos públicos? ¿He votado a conciencia o por otros intereses? ¿Amo a la Iglesia Católica? ¿Amo, respeto y obedezco a los legítimos pastores de la Iglesia? ¿He sido traidor a la Iglesia? ¿He sido cobarde cuando he debido defender a la Iglesia? ¿He acogido las enseñanzas, leyes y orientaciones de la Iglesia? ¿He gritado, golpeado o insultado a mis padres o hermanos? ¿He pecado con mi familia en conversaciones o fiestas? ¿Me ha dado vergüenza hablar de Dios en mi familia? ¿No he perdonado a mis seres queridos por su pasado? ¿He dejado de hablar a mis padres o hermanos por peleas continuas? ¿No he orado con mi familia y no me gusta orar con ellos? ¿No he dialogado con mi familia cuando más lo necesitan? ¿He sentido ira u odio contra algún familiar? ¿Guardo odio o rencor contra algún familiar? ¿He abandonado a algún familiar que me necesita? ¿No he visitado a mis familiares que viven lejos? ¿No he vivido según la ley de Dios en mi hogar? ¿He vivido en unión libre? ¿He permitido la unión libre en alguno de mis familiares? ¿He sido alcahuete con los pecados de mi familia? ¿He dado malos consejos a mis familiares? ¿He dejado a Dios en sus Sacramentos por estar con mi familia? ¿He considerado a mi familia más importante que Dios? ¿Hay algún familiar con el cuál estoy disgustado desde hace mucho tiempo? ¿He perdido el tiempo con otras personas ajenas a mi familia? ¿Les he dado más amor a otras personas fuera de mi familia? ¿Les ayudo económicamente a mis padres si ellos lo necesitan? ¿He malgastado el dinero de mi familia en vicios o en cosas inoficiosas? ¿He sido negligente en llevar a los Sacramentos a mi familia? ¿He dado algún mal consejo a algún familiar? ¿He admitido la violencia de palabras o físicas en mi familia? ¿He incitado a algún familiar a abandonar la fe en Dios? ¿He incitado a algún familiar a que le haga daño a alguien? ¿He propagado odios, rencor, rabia y maldad en mi familia?

Quinto Mandamiento: “No matarás” (Ex. 20, 13)
¿He deseado nunca haber nacido? ¿He deseado o pensado quitarme la vida? ¿He atentado contra la vida de los demás? ¿En qué forma? ¿He practicado el aborto? ¿Lo he solicitado o autorizado? ¿He aconsejado y ayudado a otros para que practiquen el aborto? ¿He asesinado a alguien? ¿He despreciado, odiado o guardado rencor a alguien? ¿He deseado vengarme? ¿He perdonado de corazón a los que me han ofendido? ¿He perjudicado a otros física o moralmente? ¿He golpeado, herido o torturado a alguien? ¿He practicado o colaborado con el secuestro, la extorsión o cualquier otra forma de violencia? ¿No he sabido controlar la ira o el mal genio? ¿He insultado o agraviado a otros? ¿He practicado o autorizado la esterilización, vasectomía, ligamiento de trompas, extracción de la matriz, no con fines de curación sino para evitar los hijos? ¿Me he embriagado? ¿Soy un alcohólico? ¿He comido de gula? ¿He sido responsable al conducir vehículos? ¿He respetado las leyes de tránsito? ¿He sido consciente que poner en peligro la propia vida o la vida de los demás es pecado? ¿He cuidado de mi propia salud y de los que soy responsable? ¿He sido causa para que otros pequen? ¿He usado drogas alucinógenas o estupefacientes, marihuana, bazuco, cocaína, etc.? ¿He negociado con estas sustancias por ambición de dinero sin importarme la ruina física y espiritual de los demás? ¿He defendido en la medida de mis capacidades a los que son víctima de cualquier injusticia? ¿Me he preocupado por el bien de la comunidad donde vivo, familia, oficina, conjunto, barrio, ciudad, pueblo o vereda? ¿He sido solidario con los demás en todo lo que favorece al bien común? ¿En mi trabajo, he sido honesto, responsable, serio? ¿He destruido la naturaleza, dañando los árboles, maltratando a los animales, contaminando el agua, el aire y el medio ambiente? ¿He sentido alegría con la muerte de alguien? ¿He estado de acuerdo con los grupos al margen de la ley? ¿He menospreciado la vida? ¿He juzgado a Dios por darme la vida? ¿Soy pesimista con la vida? ¿No he querido luchar cada día? ¿Me desilusiono de la vida? ¿Soy impaciente y maldigo la vida? ¿He pronunciado palabras de muerte? ¿He mirado con desprecio a alguien? ¿He tenido miradas o palabras de odio hacia alguien? ¿He jurado hacerle daño a alguien? ¿He llevado a alguien a dañar su vida con mis consejos? ¿He dado malos consejos y le he hecho daño a alguien? ¿He estado de acuerdo con el aborto? ¿He estado de acuerdo con la Eutanasia? ¿He estado de acuerdo con la pena de muerte? ¿He maltratado a una persona física o moralmente? ¿He puesto en riesgo mi vida en algún momento, lugar o circunstancia? ¿No me he preocupado por las necesidades de los demás? ¿He dejado pasar el tiempo sin arrepentirme de mis pecados? ¿He deseado que los malos se mueran? ¿He dicho palabras de muerte o destrucción? ¿Me he metido con personas al margen de la ley? ¿He hecho alguna cosa mala contra alguien? ¿He acudido a los agentes del demonio para hacerle daño a alguien? ¿He sido una persona falsa e hipócrita? ¿He tenido pensamientos de muerte? ¿He tenido sentimientos de muerte y destrucción? ¿He orado por los que han muerto? ¿He orado por mis antepasados difuntos? ¿He orado por la iglesia purgante? ¿He amenazado de muerte a alguien?

Sexto Mandamiento: “No cometerás adulterio” (Ex. 20, 14)
¿He sido impuro de mente, de corazón o de cuerpo? ¿He consentido en pensamientos y deseos impuros? ¿He leído libros, revistas o cualquier literatura pornográfica? ¿He asistido a espectáculos pornográficos? ¿He asistido a casas de prostitución? ¿He cometido actos impuros de masturbación? ¿He cometido actos impuros con otras personas? ¿He sido adúltero, es decir, infiel a mi pareja? ¿He tenido relaciones sexuales antes del matrimonio? ¿He tenido relaciones homosexuales? ¿He tenido conversaciones impuras? ¿He presionado a otras personas para tener de ellas una relación sexual? ¿He inducido a prácticas sexuales a menores de edad o personas casadas? ¿Vivo en unión libre? ¿He sabido respetar mi cuerpo y el de los demás como templo del Espíritu Santo? ¿Me he valorado física y espiritualmente tal como soy? ¿Me quiero como soy? ¿He usado métodos artificiales de control de natalidad o métodos anticonceptivos? ¿Me esfuerzo por controlar mis pasiones e instintos? ¿Me esfuerzo por superar mis inclinaciones impuras? ¿No me esfuerzo por luchar contra la impureza que hay en mí? ¿He consentido la impureza como algo común y corriente? ¿He aconsejado malas inclinaciones a alguien? ¿He permitido en mi familia inclinaciones sexuales malsanas? ¿He visto películas pornográficas por los medios de comunicaciones? ¿He utilizado los medios de comunicación para cometer actos impuros? ¿He tenido miradas impuras? ¿He dicho a alguna persona palabras impuras o lujuriosas? ¿He tenido besos o caricias impuras con alguien? ¿Me he aprovechado de alguien afectivamente? ¿Me he dejado llevar por mis emociones? ¿Le he hecho daño a alguien emocionalmente? ¿He abusado de menores de edad sexualmente? ¿He tenido fantasías sexuales? ¿He dado escándalo a alguien con comportamientos sexuales degradantes? ¿He pensado que el sexo es algo normal y prioritario en la sociedad? ¿He estado de acuerdo con espectáculos de sexo? ¿He tenido relaciones sexuales con mi pareja en estado de embriaguez? ¿He estado con mi pareja en la intimidad sólo por placer y no por amor? ¿He comulgado en estado de impureza? ¿Nunca me he confesado de los pecados de impureza? ¿He considerado como normal los actos de impureza? ¿He estado de acuerdo con la homosexualidad y el lesbianismo? ¿He estado de acuerdo con las relaciones sexuales antes del matrimonio? ¿He practicado sexo oral, anal u otra aberración sexual? ¿He practicado sexo con animales? ¿He participado de orgías? ¿He practicado el transexualismo? ¿He estado de acuerdo con el transexualismo?

Séptimo Mandamiento: “No robarás” (Ex. 20, 15)
¿He robado? ¿He devuelto lo que he robado? ¿He respetado las cosas de los demás? ¿He devuelto oportunamente lo que me han prestado? ¿He pagado las deudas? ¿He cobrado intereses de usura, es decir, mayores de los permitidos por la ley? ¿He especulado con los precios de los artículos? ¿He engañado a los demás en el pesote o medida de los artículos? ¿He despilfarrado el dinero en cosas innecesarias? ¿He sido avaro y ambicioso para el dinero y las cosas? ¿He usado indebidamente los dineros públicos? ¿He obtenido o tratado de obtener servicios públicos o privilegios abusivos mediante soborno? ¿He practicado el contrabando? ¿He reparado los daños que he causado? ¿He ejercido honestamente mi oficio? ¿He formado parte de grupos delictivos o formado parte de sus actividades? ¿He sido solidario y generoso en la medida de mis capacidades con N.N, los pobres y necesitados? ¿He sabido compartir con los demás lo que soy y lo que tengo? ¿Le he robado a mi familia? ¿He pagado las deudas puntualmente? ¿He malgastado el dinero? ¿He sido responsable con mis obligaciones en el hogar? ¿He sido responsable con mis obligaciones en la sociedad? ¿He falsificado documentos oficiales del gobierno? ¿He hecho trampa con los servicios públicos? ¿He respetado a mis vecinos y sus posesiones? ¿He botado la comida de mi casa? ¿He robado en establecimientos públicos? ¿He engañado a alguien en los negocios? ¿He arruinado económicamente a alguien? ¿He sido un mal socio? ¿Me he aprovechado económicamente de alguien? ¿He hecho negocios sucios? ¿Me he aprovechado de la ingenuidad de alguien? ¿He sobornado a alguien? ¿He adulterado los precios en negocios? ¿He compartido algo robado con alguien? ¿He peleado con mi familia por la herencia de mis padres? ¿No ayudo en mi familia en sus necesidades económicas? ¿He gastado más de lo que necesito? ¿Nunca comparto mis bienes con otras personas?

Octavo Mandamiento: No mentir. “No darás falso testimonio contra tu prójimo” (Ex. 20, 16)
¿He pensado mal de alguien? ¿He perdonado de corazón? ¿He pedido perdón a quien he ofendido? ¿He mentido? ¿He calumniado? ¿He hablado mal de los demás? ¿He perjudicado a otros con mentiras o revelado algún secreto? ¿He sido hipócrita y falso? ¿He mentido o callado la verdad ante un juez o una autoridad competente? ¿He sido cómplice de algún delito? ¿He mentido ante las autoridades competentes? ¿Le he guardado una mentira a alguien? ¿Le he mentido a mi familia? ¿He mentido en mi trabajo? ¿He mentido en mi salud? ¿He comprometido a otras personas con mis mentiras? ¿He hecho decir mentiras a alguien? ¿Le he dañado la fama a alguna persona? ¿Me he dejado llevar por suposiciones? ¿He dejado que otros hablen mal de alguien? ¿He participado en calumnias contra alguien? ¿He difamado a alguien? ¿He permitido que otros difamen a alguna persona? ¿He hablado mal de mi familia? ¿He calumniado a alguien por beneficio personal? ¿He murmurado de los demás? ¿He mentido sobre mi fe? ¿He mentido durante una confesión? ¿Le he mentido a la Iglesia? ¿Le he mentido a Dios? ¿Me he mentido a mí mismo con mis fantasías? ¿Le he mentido a mi pareja? ¿Les he mentido a mis hijos? ¿He mentido continuamente? ¿Digo mentiras y no me doy cuenta de su gravedad? ¿No he defendido al oprimido? ¿No he dicho la verdad cuando debo decirlo? ¿He calumniado sin ningún escrúpulo? ¿He odiado si me calumnian? ¿Nunca he pedido perdón a alguien? ¿No he perdonado al que me ha pedido perdón? ¿Juzgo con ligereza a todos? ¿No perdono con facilidad a alguien? ¿Me he vengado de quien me ha fallado? ¿Nunca pido disculpas por mis faltas?

Noveno Mandamiento: No desear la mujer del prójimo. “No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo” (Ex. 20, 17b)
¿He aconsejado a alguien que no se case y viva en unión libre? ¿He aconsejado a alguien abandonar el matrimonio? ¿He codiciado la persona que no me corresponde? ¿He seducido a alguien? ¿He irrespetado a las mujeres? ¿He irrespetado a los hombres? ¿He hecho a alguien propuestas indecentes? ¿He hecho llamadas indecentes? ¿No soy responsable con mi hogar? ¿Estoy traicionando a mi pareja? ¿Le he hecho daño a alguien emocionalmente? ¿He dañado el hogar de alguien? ¿Les he dado malos consejos a mis amigos? ¿No soy sincero en mis relaciones con los demás? ¿He deseado no haberme casado? ¿He deseado tener otra pareja? ¿Le estoy mintiendo a alguien con mi relación? ¿No controlo mis afectos y sentimientos hacia los demás? ¿Traiciono a mi pareja con mis pensamientos? ¿Estoy siendo infiel o dañando mi hogar? ¿Le estoy alcahueteando a alguien traición a la pareja? ¿Soy falso y traiciono mi hogar? ¿Soy hipócrita en mi relación? ¿No he pedido perdón a mi pareja por serle infiel? ¿No me he arrepentido de mis infidelidades? ¿No controlo mis deseos de estar con personas que no debo? ¿He deseado ser infiel y busco las oportunidades?

Décimo Mandamiento: No desear los bienes ajenos. “No codiciarás la casa de tu prójimo” (Ex. 20, 17a)
¿He compartido con otros lo que tengo? ¿Tengo cosas guardadas que nunca utilizo y las podría dar a los pobres? ¿He sido avaro? ¿He sido envidioso? ¿He sido adulador por interés personal? ¿He fingido sentimientos que no tengo? ¿He cumplido la palabra empeñada? (Octavo mandamiento…?)
¿He sido perezoso? ¿He actuado contra mi conciencia por miedo o por hipocresía? ¿He renegado de mi cuerpo o de lo que soy, me da rabia conmigo mismo? ¿Les he deseado males a los ricos? ¿Desearía ser rico pero por orgullo y soberbia? ¿Nunca doy limosna a nadie? ¿Guardo lo que tengo y no lo comparto con nadie? ¿No aporto al hogar lo que debo aportar? ¿Hecho en cara lo que doy a mi familia? ¿Guardo las cosas y no permito que nadie las toque? ¿Critico a los que tienen pero no ayudo en nada? ¿He hecho trampa para obtener beneficios personales? ¿Malgasto lo que tengo inoficiosamente? ¿He sido acomodado y no contribuyo al bien común? ¿No cuido lo que tengo ni lo de los demás? ¿Gasto excesivamente y no ahorro para el futuro? ¿Me alegra cuando a alguien le va mal? ¿No cuido a mi familia por estar en lo que no me corresponde? ¿Soy descuidado con lo que tengo? ¿He considerado que el dinero es más importante que Dios? ¿He pensado que el dinero lo es todo? ¿He criticado a Dios por no tener dinero? ¿Malgasto el dinero en juegos de azar? ¿Me dedico a conseguir dinero y olvido a Dios? ¿Valoro más el dinero que a Dios y a mi familia? ¿Reniego de mis situaciones económicas? ¿Maldigo mi vida y mi situación social? ¿Nunca practico las Obras de Misericordia? ¿Nunca le ayudo a los pobres?


PREPARACIÓN PARA LA CONFESIÓN:

- EXAMEN DE CONCIENCIA: Consiste en recordar todos los pecados que hemos cometido después de la última confesión válida.
- ARREPENTIMIENTO: Consiste en sentir sincero dolor por haber ofendido a Dios y detestar el pecado. Para alcanzar el arrepentimiento hay que pedírselo a Dios.
- PROPÓSITO DE ENMIENDA: Consiste en decidirse firmemente a no volver a pecar, en estar dispuesto a evitar el pecado, cueste lo que cueste.
- CONFESIÓN: Consiste en decirle al sacerdote todos los pecados que hemos descubierto al hacer conciencia. Esta confesión de los pecados debe ser:
- SINCERA: Es decir, si engañar al sacerdote.
- COMPLETA: Es decir, sin callarse ningún pecado grave. Para una confesión profunda y provechosa es necesario confesar todos los pecados recordados.
- HUMILDE: Es decir, sin altanería ni arrogancia.
- PRUDENTE: Es decir, que debemos usar palabras correctas y adecuadas, y no debemos nombrar y acusar a otras personas o descubrir pecados ajenos.
- BREVE: Es decir, sin explicaciones innecesarias y sin mezclarse en otros asuntos.
- SATISFACCIÓN DE OBRA: Consiste en cumplir la penitencia impuesta por el sacerdote, con la intención de reparar los pecados cometidos. Es obligatorio cumplir la penitencia porque es parte del sacramento.

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